Muchos consideran a esta variedad la mejor entre las mandarinas y quizá no les falte razón pues su sabor es realmente dulce y agradable y su extensa producción la convierte en la clementina más cultivada y difundida.
El origen de la clementina clemenules
Surgió en Nules (provincia de Castellón) como una mutación espontanea del árbol de la Fina en 1953. Continua siendo la clementina predominante en España, consiguiendo alrededor del 65% de la producción total de mandarinas y junto a la Marisol ha continuado siendo plantada de forma extensiva durante la pasada década, cada una con alrededor del 35% de las plantaciones.
El árbol de la clemenules
Al igual que la Fina, el árbol de la Clemenules es vigoroso, de gran tamaño y muy productivos, superando a la Fina en 10%. Tiene un hábito de crecimiento abierto, follaje denso y forma achatada.
El fruto
Es te tamaño medio, de corteza fina y lisa, de color naranja pálido, fácil de pelar y con gran cantidad de zumo. Posee un alto contenido en Vitamina C y una colección de aromas excelente. Su pulpa es fundente y de gran calidad, la acidez de este fruto va en continuo descenso en su madurez y recolección.
Una característica destacable de esta variedad es la duración extensa del periodo en el que la fruta mantiene su calidad, haciendo posible que este cítrico pueda ser recolectado hasta finales de Enero, si las condiciones climáticas son favorables.
La recolección selectiva es una parte esencial del mantenimiento óptimo de los huertos de clemenules debido a su recogida de un máximo de 3 árboles frutales por sector, haciendo que el fruto sea cada vez más grueso y largo con cada sección.
Es la variedad predilecta en las plantaciones de Sudáfrica, Argentina, Uruguay y Chile y muy extendida y apreciada en nuestro país.