Si le gustó la mandarina clementina Clemenules, llega el turno del “bombón” de las clementinas, la deliciosa Hernandina.
El fruto es de tamaño medio (aprox. 55-75 gramos), de forma achatada ligeramente. Su corteza posee un color naranja intenso, su piel es fina y fácil de pelar. La pulpa es jugosa y de gran calidad. Carece de semillas prácticamente cuando no hay polinización.
Fue Descubierta en 1966 como una mutación de la yema de Fina en Picassent, en la provincia de Valencia, la Hernandina ha demostrado ser una variedad popular en España y todavía está siendo plantada a gran escala en muchas zonas. Actualmente hay alrededor de 8.000 hectáreas plantadas en España.
Muchas de las características del árbol son similares a la Fina excepto que tienen un hábito más abierto que puede resultar en alguna división de las extremidades. Las características de la fruta también son similares a Fina, con una excepción importante: el color exterior de la Hernandina se desarrolla dos meses después de Fina y en un porcentaje significativo de fruta rara vez es completa en el estilar extremo, incluso al final de la temporada. Sorprendentemente, la madurez interna se alcanza a finales de noviembre, no más de una o dos semanas más tarde que la variedad Fina.
La mandarina clementina Hernandina se cosecha a partir de mediados de enero y se conserva con éxito en el árbol en condiciones climáticas normales hasta finales de febrero, sin deterioro de la calidad o condición. No se desarrolla después de la granulación y el árbol se induce en alternativa de soporte.
Hernandina se consolida en su posición como una selectiva mandarina clementina tardía que nos encanta ofrecerles en Comenaranjas. Si algo malo tiene esta variedad es su corta duración, así que no lo duden y aprovechen para probarla.